Faunia, algo más que un Zoo

Como bien reza en su web, Faunia es un parque temático que nació allá por el 2001 con el nombre de Parque Biológico de Madrid, rebautizado al año por el actual nombre. Dentro de su perímetro podemos disfrutar de cuatro ecosistemas y trece áreas temáticas. Catorce hectáreas, cuatro mil animales, más de quinientas especies diferentes, y quince mil vegetales englobando más de mil familias. Con todas estas características, yo, allí dentro con una cámara soy un niño con zapatos nuevos.


Lo primero que llamó mi atención era un pequeño perrito de las praderas jugueteando entre mis piernas. Sí, ciertos animalitos, inofensivos y juguetones andan sueltos por el parque, interactuando con niños y adultos, ambos con las mismas caras de sorpresa. Es un lujo olvidarse de aquellos viejos parques y circos que nos recordaban a Dumbo, donde tras sus rejas, la mirada de cada animal te estaba pidiendo las razones más comprensibles para conocer el porqué de la compra de tu entrada.

Quiero hacer hincapié en el área en la que más disfrute, en el lugar más mágico de todos los centros con animales que habré visitado, el pabellón Veneno, donde la boca de una impresionante serpiente te avisa de antemano a qué lugar quieres adentrarte. Acuarios, peceras, terrarios, urnas, de todo para concentrar la selección de animales más venenosos del mundo, documentado estadísticamente, valorando las muertes causadas al año y el poder de una gota de su defensa. Luz tenue, mucha paciencia, buen pulso y a disfrutar a pocos centímetros de ti de un algún que otro anfibio del tamaño de un pendrive capaz de matarte en cuestión de segundos.


Si os animáis a dar una vuelta os aconsejo el tiempo suficiente y la paciencia de un explorador. Cada ecosistema merece su momento. Sudarás adentrándote en la jungla con su alta humedad, guardando tu cámara y tus gafas porque los malditos monos podrán saltar sobre tus bolsillos y reírse de tus Ray-Ban, para continuar notando el frío polar disfrutando de la vida contemplativa del pingüino emperador.
Fotografía
enero 9, 2013
2

Comentarios

  1. No soy amigo de los zoológicos ni los oceanográficos, me parecen un insulto a la diversidad en la Tierra y a la libertad de los animales, pero reconozco que ver tanto bicho en tan poco tiempo es demasiado atractivo incluso para un cabezota como yo. Los niños- y algunos no tan niños- alucinan, y con razón.
    Recuerdo haber visto de pasada en Peña Escrita, cerca de Almuñécar, osos, linces, hienas, avestruces y leones; una orgía en pleno clima subtropical... en lo alto de una montaña.
    De entre todas me quedo con la de la araña, sería excelente como cartel: de un museo de ciencias naturales, para una película, un banco vendiendo hipotecas...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi recuerdos infantiles sobre el zoo se basaban en el de Jerez. Creo que con eso ya podría terminar de hablar. Un elefante que pedía por favor un buen aseo, unos monos cansados de tantos cacahuetes y unos loros estresados en una jaula que apestaba a gato muerto.

      Cuando entré en Faunia me quedé sorprendido. Al menos, a mi pequeño entender, solo veía animales felices, correteando, saltando, algunos de ellos sin vallas ni jaulas, disfrutando de 40 hectáreas de terreno. Me di cuenta de que había otra posibilidad de acercar tanta naturaleza a la ciudad de una manera muy ética.

      Eliminar

Publicar un comentario

Search

Contacto