Disculpen al tiempo, al poco, o discĂşlpenme a mĂ, tal como prefieran. Supongo que soy ese niño bloqueado, paralizado, asustado por el mismo reflejo de su felicidad, rodeado de enormes cajas de juguetes en cualquier centro comercial acercándose enero, educado, mirando sonriente a sus padres, buscando el permiso, esa respuesta silenciosa, ese ahora sĂ papá que ya me toca, dĂ©jame soñar con lo que tengo delante. Supongo que soy como ese niño perimetrado por todo lo que quiere, acelerado y aun asĂ quieto, viviendo de la posibilidad, de la cercanĂa, feliz sin dar ese paso al frente, seguramente por miedo a equivocarse, a no optimizar. En ese mismo momento no hay error alguno. Estás tĂş, tu tienda de caramelos y un permiso desligado que te ofrece el ser adulto sin tan siquiera imaginarlo. Haz lo que quieras, ya puedes. Y ya ves, no haces nada. Niños como esos hay pocos, por eso tambiĂ©n pido perdĂłn, por creerme al menos medianamente diferente.


Encerrado entre la SE-30 y la carretera de Bellavista se observa actualmente el Campus Palmas Altas, un proyecto arquitectónico para ubicar la que ahora mismo es la sede sevillana de la multinacional Abengoa. Zonas ajardinadas y cómoda movilidad aportan lo que en un futuro será, con la instauración de la futura Universidad Loyola, una de las zonas de crecimiento de Sevilla. Medianamente ubicados ya sólo toca disfrutar, hurgar, posibilitar con ello de lo absurdo la obra barata y entretenida que toda boca inquieta busca alguna vez mostrar.
related posts
FotografĂa
julio 29, 2013
0
Comentarios
Publicar un comentario