A las afueras de la barriada sevillana de San JerĂłnimo, a la linde del camino real que unĂa la ciudad de Sevilla con CĂłrdoba, se encuentra actualmente el Humilladero de San Onofre junto a su Templete. Hablamos del que posiblemente sea el monumento más arrinconado de una ciudad que a veces tiene bastante más de lo que podemos valorar.
Sevilla ha sido siempre un cruce de caminos y como no, los humilladeros eran edificaciones que se construĂan en estos mismos lugares, para que los viandantes pudiesen hacer una parada y asĂ, descansar a la misma vez que veneraban un sĂmbolo religioso para protegerles durante su andanza.

Cercado entre la vĂa del tren, la SE-20 Ronda Super Norte, el canal del Tamarguillo y la carretera de Alcalá del RĂo - más complicado hubiese sido difĂcil - localizamos este monumento cuya efigie actual no es San Onofre, desconociĂ©ndose su actual paradero, sino un Sagrado CorazĂłn de JesĂşs, cuya coloraciĂłn protectora de la pintura le dio su tonalidad tan caracterĂstica, conocido popularmente en la zona como el Santo Negro.
El Templete se encuentra en peligro evidente de derrumbe. La vibraciones de los trenes y los coches no ayudan a su conservaciĂłn. Su complicado acceso, solamente posible subiendo la carretera de Alcalá del RĂo - no transitable al peatĂłn - y haciendo uso de unas habilitadas escaleras o, por el contrario cruzando el puente en su totalidad y atravesar la vĂa del tren con todas las precauciones habidas y por haber.
Su estado es deprimente, pero no por ello ha dejado de ser un lugar de devociĂłn. A los pies del Santo Negro se pueden observar las promesas, los deseos y el agradecimiento en forma de ofrendas. Tanto velas como flores actualizan el paisaje decadente de una ciudad que a veces mira para otra lado.
Es complicado que no se te erice el pelo una vez allĂ, mirándole a los ojos, imaginando que más de uno esperĂł horas para encontrárselo y poder tener una excusa perfecta para pararse, cobijarse y rogarle por sus miedos.
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FotografĂa
octubre 23, 2012
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Genial el post. Tanto la fotografĂa como los datos, aunque me hubiere gustado ver un primer plano del Santo Negro.
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