Bajando el Puente del V Centenario sentido Huelva, en la primera salida a la derecha, podemos encontrar la Carretera de la Esclusa. Un camino a los pies del puente que nos dirige directamente a la zona industrial del puerto. Una silenciosa carretera de complicado asfalto transitada mayoritariamente por trabajadores de la zona.
El Guadalquivir ha sido testigo y protagonista durante siglos del crecimiento y desarrollo de la ciudad. Desde tiempos inmemoriales sus aguas han demostrado tener la misma función positiva para incrementar el comercio como la furia para desatar incontroladas inundaciones. La verdad que son situaciones en las que la naturaleza te puede dar la mano a la misma vez que te apuñala con su clara y poderosa sinceridad.

Para muchos sĂłlo será un amasijo de engranajes olvidados, una postal para el recuerdo o una simple poza que apesta. Desde mi más modesto pensar prefiero recordarla desde el cariño, como la visitaba, sentado entre unos viejos hierros, acompañado de una Coca-Cola y viendo de la manera más palpable como Sevilla cada dĂa era una de las ventanas de este mundo.
Ahora sĂłlo le queda contar sus historias, recordar lo que un dĂa fue, acompañado del embriagador aroma del tabaco negro y de ese anĂs madrugador del que seguramente iban acompañados muchos de los marineros que le presentaron sus respetos.
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FotografĂa
noviembre 3, 2012
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Esta es parte de la Sevilla autĂ©ntica que permanece oculta y desconocida para la gran mayorĂa de los sevillanos. Esa Sevilla alejada del farolillo y la corneta. La esclusa es la verdadera puerta de Sevilla al mundo.
ResponderEliminarYo puedo decir que he disfrutado comiéndome un bocadillo sentado en una de sus solitarias orillas, viendo cómo barcos de nombre ruso y bandera panameña esperaban con paciencia marinera el nivelar de las aguas del Guadalquivir.
Parece increĂble que con todo lo que se ha escrito y con todo lo que se habla, Sevilla sea aun una ciudad por descubrir.